sábado, 3 de diciembre de 2011

Mensajeras del otoño


Pincha en la foto y verás que maravilla

Una estela singular

Como muchos de los blogueros que hoy nos atrevemos a formar parte de las páginas de este libro, mi afición a la naturaleza comenzó por las aves, y en concreto en aquellos primeros años ochenta, era la figura de Félix Rodríguez de la Fuente quien, con su peculiar manera de contarnos las cosas referentes a la Fauna Ibérica, conseguía embelesarnos ante la pantalla en blanco y negro de la época. Esto motivó que cuando apareció a continuación la colección de Cuadernos de Campo, del propio Félix, aplicara toda mi escueta "paga semanal", que me otorgaban mi padre y mis abuelos, en adquirirlos, renunciando a cualquier otra cosa como decían mis mayores "más típicas de tu edad". Mientras, mis hermanos me "picaban" comiendo las chucherías que habían comprado con la suya, justo delante mía.

Entre todos los cuadernos de campo, sin duda mi relato favorito era (y sigue siendo), el dedicado a Las Grullas.

Comenzaba este relato con una descripción sin igual de una plomiza tarde de otoño:

" La lluvia fina se deposita dulcemente sobre las hojas broncíneas de los robles y los quejigos. Del suelo del bosque se desprende el olor amable de los hongos. El petirrojo deja escapar su vibrante estrofa desde la encrucijada del rosal silvestre..." para seguidamente aseverar que todas esas cosas, ni por asomo, comunican el inicio del otoño hasta que no se desprende desde el cielo la "voz poderosa de las grullas". Y efectivamente aquellas notas junto a los dibujos de Joaquín Vehí y Juan Varela, hacían a mis 13 años que buscara lo imposible por escuchar desde el cielo su "voz poderosa", y ver dibujada en el horizonte su "rectilínea formación". Tras mis primeros prismáticos (Super Zenith 10 x 50), llegó mi bicicleta de carreras (que pesaba lo impesable), y tras mucho caminear con ella, llegué al dormidero de las Merinillas, donde cada atardecer aparecían unas 300 viajeras, provenientes de las cercanas dehesas lusas que las alimentaban, y que estaba (este dormidero), a tan solo 15 km de mi casa en Badajoz. Por fin, podía disfrutar en persona de aquel relato que tantas veces leí y releí.

Pincha en la foto y verás que maravilla

Detalle de tres grullas adultas

Ahora junto a las grullas, disfruto de un abanico de especies que he conseguido identificar año tras año, y que suelen coincidir al tiempo con ellas: esmerejones, lechuzas campestres, ánsares... y mientras las observo recuerdo como terminaba aquel bello relato "Dios quiera que las grullas sigan anunciándonos el otoño... durante muchos años".

Os espero para recibierlas el 4 de Diciembre en Moheda Alta, en el Festival de las grullas

8 comentarios:

  1. Espero que el próximo año haya mejor suerte. Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Me imagino ese extracto que citas en la voz de Félix y se me ponen los pelos como escarpias.

    ResponderEliminar
  3. Me a encantado esta entrada tuya, JuanPa, refleja el sentimiento de muchos, como tu sabes, por haber vivido experiencias parecidas, tras las cuales siempre estaba la voz del doctor Félix Rodríguez de la Fuente.
    El año pasado estuve en Moheda con un puñado de amigos comunes, pero este año, imposible. Otra vez será.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Hola Juan Pablo, veo que tenemos muchos seguidores en común y no te conociamos. A partir de ahora seguiremos tus andanzas por este mundillo. Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Hola!! Muy bonito tu blog. Me pasaré por aquí de vez en cuando, te he puesto en el blogroll ^^

    ¡Un beso y nos vemos!
    Cota-K

    ResponderEliminar
  6. Preciosa y emocionante entrada con unas estupendas fotografías. Desconocía tu blog y ahora que lo conozco me quedo. Saludos!!
    http://avesyestrellas.blogspot.com

    ResponderEliminar

Seguidores