martes, 20 de diciembre de 2011

La Cara Triste de las grullas extremeñas


Pincha en la foto y verás que ave tan maravillosa

La cara triste de las grullas

Todos sabemos el viaje tan largo que realizan las grullas desde las tierras más frías de Europa, hasta las dehesas extremeñas, nada menos que 4.000 km para pasar los meses más fríos con nosotros y regresar con la bonanza climática para procrear. Casi que se nos ha olvidado ya que las grullas antes estaban aquí todo el año, sí, estuvieron criando en la Península Ibérica hasta mediados de los años 50, pero terminamos con las lagunas naturales que necesitaban para elaborar su nido, parecido al de las gallinetas con las que están emparentadas.

Ahora tenemos una gran responsabilidad con las grullas que nos llegan desde Noruega, Suecia, Finlandia... las cuales los habitantes de esos países cuidan con esmero, nada menos que 90.000 ejemplares, que "nos prestan" cada otoño.

Tendidos de evacuación en la principal zona de invernada de grullas del país

En estos momentos pretendemos que la grulla sea un "producto turístico" y, desde luego, sería fácil conseguirlo y proporcionaría una fuente interesante de recursos como ocurre en otros territorios (Gallocanta, Hornborga...).

Grullas en la niebla

Pincha en la foto y verás qué maravilla

Sin embargo, esta idea tan estupenda, choca con la instalación en la principal zona de concentración de grullas y ansares de varias centrales termo-solares, curiosamente en una zona fértil, dedicada hasta ahora al cultivo de regadío y donde la administración ya hizo una apuesta por esta utilización, realizando inversiones muy costosas que pagamos entre todos los contribuyentes (embalses, canales, nivelación parcelaria, pistas, arranque de encinas y desbroces... ), para que ahora los empresarios ávidos de las nuevas subvenciones de la energía, opten por otra utilización del territorio que compartimos con esas aves, las cuales tenemos la obligación de devolver a sus lugares de cría, al menos en las condiciones que llegaron. Pensemos que las centrales termo-solares no sólo suponen el impacto del territorio que ocupan (que en este caso es muy importante por lo desafortunado de la elección realizada), también debemos pensar en las enormes líneas eléctricas de evacuación que desde estas termo-solares atravesarán los territorios que ocupan las grullas ¿extremeñas?, en días de niebla (muy frecuentes en la zona), las colisiones son continuas, en las visita guiada del Festival de las Grullas de Moheda Alta encontramos dos grullas muertas bajo una línea de Alta Tensión, sólo nos queda evocar el final de la entrada anterior donde el "maestro" Félix Rodríguez de la Fuente decía en la introducción de su cuaderno de campo "Dios quiera que las grullas sigan anunciándonos el otoño durante muchos años", a este paso la voz de Félix caerá en el olvido.

Central Termosolar instalada en la Finca "Casas de Hitos"

Pincha en las fotos y verás que desastre ambiental

sábado, 3 de diciembre de 2011

Mensajeras del otoño


Pincha en la foto y verás que maravilla

Una estela singular

Como muchos de los blogueros que hoy nos atrevemos a formar parte de las páginas de este libro, mi afición a la naturaleza comenzó por las aves, y en concreto en aquellos primeros años ochenta, era la figura de Félix Rodríguez de la Fuente quien, con su peculiar manera de contarnos las cosas referentes a la Fauna Ibérica, conseguía embelesarnos ante la pantalla en blanco y negro de la época. Esto motivó que cuando apareció a continuación la colección de Cuadernos de Campo, del propio Félix, aplicara toda mi escueta "paga semanal", que me otorgaban mi padre y mis abuelos, en adquirirlos, renunciando a cualquier otra cosa como decían mis mayores "más típicas de tu edad". Mientras, mis hermanos me "picaban" comiendo las chucherías que habían comprado con la suya, justo delante mía.

Entre todos los cuadernos de campo, sin duda mi relato favorito era (y sigue siendo), el dedicado a Las Grullas.

Comenzaba este relato con una descripción sin igual de una plomiza tarde de otoño:

" La lluvia fina se deposita dulcemente sobre las hojas broncíneas de los robles y los quejigos. Del suelo del bosque se desprende el olor amable de los hongos. El petirrojo deja escapar su vibrante estrofa desde la encrucijada del rosal silvestre..." para seguidamente aseverar que todas esas cosas, ni por asomo, comunican el inicio del otoño hasta que no se desprende desde el cielo la "voz poderosa de las grullas". Y efectivamente aquellas notas junto a los dibujos de Joaquín Vehí y Juan Varela, hacían a mis 13 años que buscara lo imposible por escuchar desde el cielo su "voz poderosa", y ver dibujada en el horizonte su "rectilínea formación". Tras mis primeros prismáticos (Super Zenith 10 x 50), llegó mi bicicleta de carreras (que pesaba lo impesable), y tras mucho caminear con ella, llegué al dormidero de las Merinillas, donde cada atardecer aparecían unas 300 viajeras, provenientes de las cercanas dehesas lusas que las alimentaban, y que estaba (este dormidero), a tan solo 15 km de mi casa en Badajoz. Por fin, podía disfrutar en persona de aquel relato que tantas veces leí y releí.

Pincha en la foto y verás que maravilla

Detalle de tres grullas adultas

Ahora junto a las grullas, disfruto de un abanico de especies que he conseguido identificar año tras año, y que suelen coincidir al tiempo con ellas: esmerejones, lechuzas campestres, ánsares... y mientras las observo recuerdo como terminaba aquel bello relato "Dios quiera que las grullas sigan anunciándonos el otoño... durante muchos años".

Os espero para recibierlas el 4 de Diciembre en Moheda Alta, en el Festival de las grullas

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