sábado, 12 de diciembre de 2015

Vente a ver Grullas a Extremadura



Actitud agonística de la Grulla común. Pincha en la foto y la verás mejor


Sin lugar a dudas, el mejor lugar del mundo para observar grullas comunes durante el invierno es Extremadura. Aunque comienzan a llegar a finales de octubre (hay datos incluso de septiembre), las mayores cifras de invernantes se dan en los meses de diciembre y enero. Pensemos que en Extremadura podemos observar a esta especie durante más de cuatro meses: ¡130 días de trompeteos sonoros surcando los cielos!
Dehesa abierta en Navalvillar de Pela. Extremadura
El último censo en la región elaborado por la asociación GRUS-EXTREMADURA, arroja la mayor cifra para la especie en la región, más de 139.000 individuos. Ante semejante "grullada", uno se puede imaginar que no resulta difícil observarlas.
Resulta especialmente entretenido tratar de buscar las grullas anilladas, con un telescopio no es difícil detectar alguna y leer su código de colores, para saber de donde procede y conocer otros puntos donde se ha avistado en sus largas migraciones.
Grulla anillada en Estonia en el año 2006, observada en noviembre de 2015

Aunque se trata de una especie cauta y algo esquiva, resulta fascinante observarla en la entrada o salida de los dormideros, que suelen estar en las colas de los embalses, en charcas ganaderas o en los arrozales fangueados, estos últimos van cobrando cada año mayor número de efectivos, quizás porque aumentan su superficie o por la inmediatez entre comedero-dormidero.

Grupo familiar en un arrozal fangueado
Alimentándose en arrozal sin fanguear en Palazuelo
Grullas en rastrojo de maíz, se observa bien la diferencia entre los adultos y el juvenil con tonos más amarronados y sin el típico contraste blanco y negro en cabeza y cuello
Pero la realidad es que resulta facilísimo observarlas en los regadíos, alimentándose de rastrojos de maíz o de arroz en los meses de octubre y noviembre, mientras que a medida que avanza la temporada se van desplazando más hacia las dehesas, para completar sus reservas de última hora con las energéticas bellotas. 
Grullas en la dehesa al levantar la niebla
 Durante los "sesteos", podemos observarlas en grandes concentraciones en zonas poco transitadas, incluso junto a los pueblos de las Vegas Altas del Guadiana, sobre todo en días de caza, quizás los lugares más seguros, este comportamiento también se observa en otras especies, existen dormideros de sisón y alcaraván en las inmediaciones de Campo Lugar, Torviscal, La Haba o Santa Amalia por citar algunos.

Sesteo junto a Puebla de Alcollarín, lugar importante de concentración al comienzo de la temporada (noviembre)
Sesteo junto a Villar de Rena. Pincha en la fotografía y la verás mejor




Grullas en arrozales abancalados
 




Grupo de grullas junto a la carretera N-430
 ¿Cómo es el día a día de la grulla en Extremadura? Al inicio de la temporada los bandos son pequeños y por tanto las concentraciones menores, una vez salen del dormidero se van separando en grupos familiares, compuestos generalmente por dos adultos y uno o dos pollos del año, que se dispersan por las zonas de alimentación. 

Se aprecia bien la diferencia del pollo (centro), con los adultos.
Grullas en la niebla
Amanece en la dehesa
Grullas con el Pico Villuercas al fondo
Éstas suelen estar en rastrojo de maíz y de arroz sin fanguear. A media mañana, una vez se han alimentado, van concentrándose en las zonas de sesteadero, áreas desarboladas más o menos llanas donde permanecerán hasta media tarde, estos puntos son importantes para compartir información sobre la alimentación, tras el "sesteo", las grullas que han comido poco durante la mañana (que se encuentran nerviosas y excitadas), siguen a las que se han alimentado bien y que vuelven al mismo lugar para continuar alimentándose (estas se encuentran tranquilas, somnolientas, son a las que conviene seguir). A medida que va cayendo la tarde y los cielos se tiñen de naranja, las "cuerdas de grullas" comienzan a surcarlos. Un espectáculo visual y sonoro sin parangón en otro lugar del planeta. Es gratuito y asequible ¿a qué esperas para disfrutarlo?
Entrada de las grullas al dormidero

viernes, 20 de noviembre de 2015

La Senda del Rey: Un camino de collalbas

Portada del libro, Fotografía de Ana Manotas

En estos días en que la famosa CRISIS ha conseguido reducir la cantidad de obras escritas que se publican en papel, aparece una nueva entrega de los blogueros extremeños, exquisitamente editada. Quizás se "han ido un poco los verdes" en algunas fotografías pero, el conjunto es realmente bueno. Aquí la Fundación  Xabier de Salas y la Dirección General de Turismo han apostado por un valor seguro, y han acertado. Hablo de valor seguro porque las anteriores adiciones en las que han colaborado los Blogueros Extremeños han quedado a cual mejor. Seguramente esta obra no habría visto la luz si no fuera por el impagable esfuerzo que Nacho Fernández y José Manuel López han puesto en ella.
Ha sido un placer poder aportar mi granito de arena a esta publicación, junto a tantos grandes artistas de la prosa y la fotografía que nos hacen posible llegar hasta los rincones más bello de nuestra tierra, os dejo con mi capítulo, espero que os guste. 

La Senda del Rey: Un camino de collalbas
Este interesante camino de alrededor de treinta y cinco kilómetros enclavado entre Don Benito y Castuera, presenta en buenas condiciones para recorrerse a pie, a caballo o en bicicleta.
Además de bien señalizado el firme se encuentra en óptimas condiciones, puesto que la arena procedente de los berrocales graníticos propios de la zona, imprime claridad al firme, que no suele ser polvoriento pese a la sequedad del estío. Sin embargo, algunos puntos resultan algo confusos, quizás por la existencia de numerosos cruces de caminos ganaderos, y pistas de nueva creación. Durante el recorrido el paisaje resulta entretenido. Lejos de la monotonía las dispersas encinas se intercalan en los cultivos de secano: llanuras cerealistas, almendros, olivares y barbechos que suelen ser la antesala de una comarca singular, La Serena. En su entorno además encontramos numerosas construcciones de la interesante etnografía agraria de la zona, como chozos, apriscos, y blancos cortijos. Con destacado interés aparece la localidad de Magacela, a su incomparable castillo habría que añadir el dolmen que aparece en la zona baja del pueblo, situado junto al camino que conduce hacia la ermita de Nuestra Señora de Los Remedios, que sustenta numerosos nidos de cigüeña blanca. Tampoco podemos olvidarnos de visitar las pinturas rupestres situadas en los distintos abrigos de la sierra si tomamos la dirección hacia La Haba. Destacan "El Abrigo de los Gallos", "El Abrigo de La Tahona", El Abrigo de Las Cazoletas" o el de "La Cueva del Búho".
Magacela y su entorno. Pincha en la foto y la verás mejor

No nos olvidemos que Magacela es Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico desde el año 1994. Su arquitectura popular añadido a una excelente ubicación y el sosiego de recorrer sus calles, bien merece ser empleado como descanso obligado en el meridiano de la ruta.
Ya en las cercanías de Campanario encontramos el embalse del Paredón. La fecha de su construcción ha generado una gran controversia puesto que hay quien afirma que es romano, mientras que lo que parece más sensato es reconocer que fuera construido entre los siglos XVI y XVIII. Conocerlo bien merece una pequeña desviación desde nuestro itinerario, para saborear las posibilidades que nos ofrece. Bajo su muro encontramos un molino adosado a la presa, donde podremos observar las piedras de moler y conocer algunas de las claves de su antiguo funcionamiento.
Esta zona merece para mí una especial atención en los días finales de agosto y el mes de septiembre, justo en el momento en que diferentes aves paseriformes llevan a cabo la migración transahariana atravesando estos territorios. Aún recuerdo, como si de ayer se tratara, el día en que junto a las collalbas pudimos observar a los flamencos. Si no os importa, paso a relataros las sensaciones vividas en aquella jornada no muy lejana en el tiempo.
Collalba gris en La Senda del Rey

Todavía no había amanecido cuando detuve el coche en mi tramo favorito para la observación de las collalbas. El inicio de nuestro recorrido se sitúa entre Campanario y La Guarda. Hace varios años que durante estos días que extinguen agosto, suelo recorrerla con el Dr. José Luis Pérez Chiscano, quien comenzó estos transectos mucho antes que yo, y que continuaremos hasta octubre.
Ha llovido algo esta noche, poco, cuatro gotas, pero lo suficiente para que el amanecer rompa con un amable olor a tierra mojada. Las primeras luces traen consigo a las primeras hormigas aladas.
-¡Fantástico! Seguro que hoy no nos vamos "bolos".
Caminamos lentamente, los dedos sobre la rueda de enfoque de los prismáticos, por lo que pueda aparecer y los ojos en el horizonte. Nos sorprende el aflautado canto del alcaraván que rápidamente tratamos de encontrar. No ha habido suerte, estará perfectamente mimetizado entre las retamas o los bolos de granito. Cuatro gangas ortegas despegan de la charca que tenemos a apenas 15 metros a nuestra izquierda.
-¡Pteróclidos!- exclama José Luis, glu, glu, glu... y se pierden en el horizonte, no volverán hasta la caída de la tarde.
Tarabilla norteña

Aunque el sol no ha salido, hay buena luz, ahora son dos conejos los que se esconden entre los bolos de granito.
-¡La primera!
Sí, sobre la alambrada de espinos que bordea el camino hay un precioso macho de collalba gris. Sube y baja su pecho con movimiento espasmódico, permitiendo ver la "T" invertida en su cola. Se deja caer al suelo, captura su "bocadito de hormigueo alado" y vuelta al poste de la alambrada.
Más adelante otra, y luego otra más, en apenas tres kilómetros y medio hemos conseguido detectar nada menos que cuatro collalbas grises, junto con ellas dos collalbas rubias y una tarabilla norteña.
-Todavía no se ven bisbitas campestres.
- Otros años llegaron más tarde, -me recuerda José Luis-.
- El año pasado pico más alto lo tuvimos la última semana de septiembre ¿te acuerdas?
- Por aquí tengo los datos en mi cuaderno de campo. Sí, veintiocho collalbas grises, cinco collalbas rubias y seis tarabillas norteñas el día veinticuatro de septiembre.
Casi sin quererlo llegamos al final del recorrido, ya se ve Castuera al fondo, echando la vista atrás divisamos el castillo de Magacela. Ahora sobre nosotros se cierne una culebrera europea que parece no temernos en absoluto.
- ¿Qué sabes de este camino? lo llaman la Senda del Rey ¿no?
- Algo sé: "Entra en el término de Castuera desde el de Campanario por los Campillos, cruzando el camino de Zalamea a Campanario que forma la línea de términos. Dentro del término de Castuera atraviesa la vereda por la finca Marinas de Palomera llevando consigo el camino de Don Benito a Castuera o Senda del Rey. Pasando después entre parcelas de labor con encinas de El Hornillo, cruzando el camino de Quintana a Campanario y yendo paralela y contigua a la vía del ferrocarril Madrid-Badajoz durante más de tres kilómetros".
- Entonces la "Senda del Rey" es un antiguo camino para ir desde Don Benito a Castuera ¿no?
- Así es, lo que en tiempo fue el camino ganadero más transitado de la zona, donde ovejas, perros y pastores allanaban el camino con sus pisadas, ahora sirve para que "los locos de los pájaros" se pongan a contar collalbas. Así es la vida.
 - Son las diez y media de la mañana, hay que darse la vuelta.
- ¿Quieres que pasemos por el embalse del Paredón?
- Vale, nos cae casi de paso. En estas fechas suele haber un buen paso de limícolas.
Este año el embalse está muy bajo, en la orilla opuesta a la presa es donde suele haber más aves. Hay un camino perimetral en el que sabiamente han plantado árboles, que además de buena sombra nos permiten ocultarnos para observar a las aves desde una distancia prudencial que no las espanta.
-Fíjate, hay dos ¡flamencos!
- ¡Son cuatro! ¿ves los otros dos que están en la otra orilla?
-Todos son jóvenes, en estas fechas suelen observarse en distintos puntos de Extremadura, escuché que en el embalse de Villalba de los Barros hay un grupo de más de veinte, con adultos de plumaje bien colorido.
Jóvenes flamencos en el Embalse del Paredón

Es asombroso observar un ave tan grande en esta orilla panda, como introducen apenas su curvado pico y se alimentan al unísono en lo que parece una sincronización perfecta.
Además de los flamencos tenemos una veintena de cigüeñuelas, tres archibebes comunes y dos claros, un combatiente y numerosos andarríos chicos y grandes. La vida bulle en el ocaso del verano, y todavía quedan muchas aves más por llegar. Compartirán unos días con nosotros en su descanso merecido durante el largo viaje. Aquí estaremos, aunque solo sea para disfrutar observándolas. ¿Alguien se anima?
Podeis descargaros el libro en este enlace:


 


martes, 3 de noviembre de 2015

Archibebes (limícolas III)



Continuando con los limícolas, ahora nos ponemos con los archibebes, espero que tras esta pequeña ayuda, resulte más fácil su identificación. He incluido únicamente fotografías realizadas por mí para las explicaciones, por lo que quizás en algunos casos la diferenciación pueda mejorarse, pero bueno, aquí está mi pequeña aportación.

Pincha en la foto y la verás mejor
Las flechas señalan el anillo ocular, la base del pico anaranjada y las patas naranja fuerte
Archibebe común (Tringa totanus) tiene las patas rojas, lo cual ayuda bastante, su pico es más corto y grueso que el del archibebe oscuro, con la base también roja. En los ejemplares juveniles el rojo es anaranjado. Presenta ceja y anillo ocular claros.

Comparativa con correlimos común, para tener referencia de tamaños
Comparativa con cigüeñuela para ver tamaños
Pincha en la fotografía y la verás mejor

Archibebe oscuro (Tringa erythropus), también posee las patas y base del pico rojos (fuera del periodo reproductor), pero de pico más fino. Posee dos plumajes, el nupcial es difícil de observar en Extremadura (con plumaje muy oscuro, casi negro y patas también negras), lo habitual es observarlo en plumaje invernal, donde lo destacado será su pico más fino y largo que el archibebe común, y su ceja muy destacada de color blanco.

Plumaje típico invernal: las flechas indican en qué detalles fijarnos como color de las patas, ceja y pico largo y fino
Plumaje inusual en Extremadura: color oscuro del plumaje reproductor pero sin embargo ha cambiado ya el color de sus patas al plumaje invernal
Archibebe claro (Tringa nebularia).Es el más grande de nuestros archibebes, posee patas verdosas claras o grisáceo verdosas. Su pico, de aspecto robusto, está ligeramente curvado hacia arriba cuando lo observamos de lado, esto suele ser definitivo para identificarlo, es oscuro desde la mitad hacia el extremo exterior y gris azulado hacia el ave. A finales de verano (que ya pueden estar en nuestra región de vuelta), poseen manchas más grandes en todo el pecho, que van desapareciendo a medida que avanza el otoño.
Se aprecia el pico robusto ligéramente curvado hacia arriba y el color de las patas
Comparativa de tamaño y plumaje con archibebe común
Se aprecian las manchas grandes del plumaje reproductor, también el pico curvado ligéramente hacia arriba
Archibebe fino (Tringa stagnatilis) Un archibebe asiático por lo que resulta difícil observarlo aquí. Es más pequeño que los demás, con patas más largas y poco más fino, lo que le confiere un aspecto muy elegante. Los colores son similares a los del archibebe claro, aunque la ceja continua detrás del ojo hasta juntarse en la nuca con la otra, lo que le da un aspecto de "capirote". Podríamos decir que a primera vista parece un archibebe claro pequeño, grácil y elegante.

Pincha en la fotografía y lo verás mejor
Comparativa de tamaño con el archibebe común (detrás)
Comparativa con otro limícola común, la cigüeñuela
Archibebe patigualdo chico (Tringa flavipes). Es muy difícil de observar, se trata de un ave norteamericana, que quizás aparece en nuestra región en contadas ocasiones tras los fuertes vientos de las ciclogénesis explosivas ten de moda en estos días. Destacan sus patas muy amarillas, a primera vista pudiera parecer una mezcla entre un andarríos bastardo y un archibebe oscuro en plumaje invernal. La ceja solo llega hasta el ojo, no sigue detrás de él como en el An. bastardo. En Extremadura hasta ahora ha sido observado durante todo el invierno en tres localidades distintas: Arrozales de Palazuelo, Embalse de Alange y la Laguna de Galisteo, tratándose de individuos diferentes.
La foto no es muy buena, pero el ave lo merece, al menos se aprecian los detalles que lo identifican
Lo que pongo son mis impresiones a primera vista para identificar a estas especies. A mí me suelen dar buenos resultados, pero quizás otro ornitólogo utilice detalles diferentes para la identificación rápida. Es imprescindible el telescopio, los prismáticos suelen requerir menos distancia por lo que no podremos observar muchos de los detalles descritos, ahora solo queda salir al campo, las aves nos están esperando, muchas suerte.

























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