Esos viejos cortijos, que tantas veces nos parecen abandonados... lo están. Pero solo por sus antiguos habitantes humanos, quizás los nuevos habitantes son más interesantes. Este viejo cortijo, a medio camino entre Campo Lugar y Madrigalejo, no solo cobija a una nueva familia de Carracas europeas, también acoge a ocho parejas de cernícalo primilla, dos de mocchuelo europeo, y los más numerosos estorninos y gorriones. La vida continúa, por encima de lo efímero, el desecho o lo que rápidamente se vuelve obsoleto. Estas aves conocen su secreo: nos lo han mostrado.