Pincha en la foto y la verás mejor
La
calma de la mañana mantenía el agua como un espejo, las luces se reflejaban
creando una atmósfera cálida, sólo faltaba un modelo... y allí apareció la
garza, esbelta, de movimientos suaves y elegantes, casi "orgullosa"
de sentirse retratada, a pesar de estar más pendiente de su trabajo oficial de
pescadora, que de un clic lejano que no la distraía. Me permitió esperar la
mejor composición, la mejor "pose" y un ratito de evasión desde el increible
palco, de este maravilloso escenario. Mereció la pena ¿o no?