martes, 14 de abril de 2015

Una charca en primavera


Cerceta carretona macho y cigüeñuela común

 Desde hace algún tiempo mi cuaderno de campo ha perdido personalidad, me explico. Las últimas notas recogidas en él son escuetas y concisas, solo datos de la especie observada, el lugar y el número de ejemplares, mientras que hace algunos años solía recrearme narrando todas las sensaciones, que la observación de la naturaleza me inspiraba, en aquellos instantes de campo. Hoy he vuelto a la Charca de La Haba, donde hace unos días vi la pareja de certetas carretonas (Anas querquedula), y hoy entré con aguardo para tratar de fotografiarlas bien.
Con noche todavía comienzan los primeros cantos de las cogujadas, que son abundantes en la orilla de la charca, después los chorlitejos chicos comienzan sus belicosas carreras, que terminan en agresivos rechazos al congénere intruso. El estridente grito del zampullín chico inunda la vegetación de orla del entrante cercano. Todavía no tengo luz para disparar la cámara con el ISO subido, y ya la vida juguetea con brío a mi alrededor.
El cielo está nublado, lo cual me ayuda poco, parece que vienen claros por la línea del horizonte, o eso me gustaría. Una familia de patitos azulones sigue muy de cerca a su madre, ahora pueden abandonar el refugio de los juncos de la orilla para comer seguros en el centro. Ya hay luz suficiente, ahora son las cigüeñuelas las "dueñas de la charca". Hay 22 ejemplares y todas a una son capaces de ahuyentar, o al menos avisar, de los predadores alados que aparecen. Entre los azulones adultos hay una pareja de patos más pequeños que parece que quieren acercarse hasta donde estoy. Si, se trata de mis amadas cercetas carretonas. Me he colocado, tras varios días de observación, en un entrante de aguas quietas que presenta unas algas superficiales que parecen gustarles. Siguen acercándose más, incluso el sol comienza a abrirse paso entre las nubes. Voy a tener suerte, buena luz y la especie buscada en el lugar esperado. Ahora tras varias fotografías realizadas, me fijo en que la orilla está la mar de concurrida, hay numerosas lavanderas boyeras, andarríos chicos, chorlitejos, cogujadas... y han aparecido varias canasteras, justo entre ellas se sitúa una agachadiza común. Este día que prometía poco se ha convertido en un día muy especial, aunque vuelven las nubes y vuelve a oscurecerse la laguna, ha merecido la pena el madrugón. Espero que os guste.

Macho de cerceta carretona

Hembra de cerceta carretona, también muy bella

Macho en vuelo sobre la laguna
La pareja en un momento relajado

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