Esos viejos cortijos, que tantas veces nos parecen abandonados... lo están. Pero solo por sus antiguos habitantes humanos, quizás los nuevos habitantes son más interesantes. Este viejo cortijo, a medio camino entre Campo Lugar y Madrigalejo, no solo cobija a una nueva familia de Carracas europeas, también acoge a ocho parejas de cernícalo primilla, dos de mocchuelo europeo, y los más numerosos estorninos y gorriones. La vida continúa, por encima de lo efímero, el desecho o lo que rápidamente se vuelve obsoleto. Estas aves conocen su secreo: nos lo han mostrado.
Hay que proteger esos santuarios de edificios, pues albergan aves escasas.
ResponderEliminarSaludos camperos!
Preciosa Carraca Juan Pablo. A ver si me invitas un día a hacer semejante bicho
ResponderEliminarUn abrazo
Las viejas construcciones rurales alejadas del tránsito humano, albergan a numerosas especies interesantes de la fauna ibérica. Parece increíble la cantidad de vida que puede llegar a tener una quintería, en medio de la estepa cerealística, o la casa de un guarda abandonada en la raya del monte... Enhorabuena por la fotografía y por el artículo. Un saludo.
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