Inmóvil y discreta espera la Empusa pennata la llegada de la presa desde la atalaya de la Serapias cordigera, no parece ni siquiera asustarse cuando me aproximo con la cámara, más incluso, pareciera desafiarme. A través de mi objetivo me siento observado por ella mientras, espero el desenlace cotidiano entre la vida y la muerte.
Bonita foto de dos especies interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo
Estas empusas, que tirón tienen. Aun siendo pequeños monstruitos devoradores de otras pobres víctimas, siempre nos causan gran simpatía. Qué cosas.
ResponderEliminarSaludos.