Risco del Volantil, Alburquerque Para la mayoría de los aficionados a la naturaleza, que empezamos a salir al campo en los años ochenta, esta sierra era un referente que nos invitaba a conocerla para ir descubriendo poco a poco secretos que parecían inalcanzables. Han sido muchas noches las que recorríamos caminos vecinales en busca de los aullidos del lobo o en las que los mayores venados de España se cruzaban ante los faros tras una curva, antes de desaparecer tras las jaras. Desde entonces hasta hoy ha pasado un par de décadas, pero observando con detenimiento esta sierra y, analizando sus valiosas pérdidas, parece que ha pasado mucho más tiempo. La gestión del espacio se ha encaminado hacia la caza mayor en detrimento de la caza menor, aun así, la mayor ha experimentado un notable descenso en calidad, que repercute en sustituir estos parajes por otros mejores para los cazadores tradicionales. A ello ha contribuido principalmente la proliferación de mallados cinegéticos que terminan con la única ventaja que tenía la pieza frente al cazador, que no era otra que la huida, lo cual ha motivado que todas las fincas tengan venados de similares características, y donde reina la mediocridad, cebada en enfermedades como la tuberculosis bobina o deformaciones en cornamenta y extremidades debidas a la escasa capacidad para “refrescar” la sangre en cercones cada vez más reducidos. A esto tenemos que añadir la desaparición de especies emblemáticas de este espacio: el lobo y el lince ibéricos.
Las dos especies se encuentran extinguidas recientemente de nuestra comunidad autónoma, y como dice el artículo 59 de la Ley 8/1998 modificada en la 9/2006, aquellas especies extinguidas en años recientes requieren la redacción de un estudio sobre la viabilidad de su reintroducción y un Plan de Protección y Mejora cautelar de los hábitats naturales afines. Si ello fuera viable, finalmente se realizará un Plan de Reintroducción de la especie, eliminando previamente aquellas causas que las llevaron a desaparecer. En el caso del lince ibérico, a primeros de 2011 se pone en marcha el Centro de Cría en Cautividad de Granadilla, pero ¿Cuándo se soltarán y en qué condiciones los linces en San Pedro? Digo esto porque existen muchas zonas donde se realizarán estas sueltas antes de hacerlo en este espacio, pero en el caso del lobo ibérico, no sólo no se contempla la reintroducción, tampoco se posibilita que pudiera colonizar este espacio por sus propios medio, y el caso es que en Sierra Morena, existe una importante población autóctona con algo más de 70 ejemplares que convive con venados, jabalíes y ganadería tradicional sin problemas, incluso haciendo de ejecutor de la selección natural de las especies cazables y mejorando así los trofeos.
Naturalistas tras los lobos de Sierra Morena, otra forma de turismo
La otra cara de la moneda son las especies aladas, las cuales sí han recuperado sus poblaciones de antaño gracias a los proyectos ejecutados en este espacio. En pocos años ha aumentado la población de águila imperial ibérica, llegando a las 25 parejas, más del doble de las existentes en el P.N. de Monfragüe, también ha aumentado la población de Buitre negro, contando en la actualidad con alrededor de 370 parejas, el buitre leonado se ha disparado, ocupando numerosos cantiles desde el entorno de Alburquerque hasta Rincón de Ballesteros.
Los buitres proliferan en los cantiles de San Pedro (Rincón de Ballesteros)Vemos que el problema entonces es el exceso de mallados cinegéticos, que no mejoran los trofeos y banalizan la caza provocando el descontento de los verdaderos cazadores y tampoco gustan a los conservacionistas, puesto que impiden el tránsito y la colonización de los vertebrados terrestres. ¿Cuándo comenzamos a retirarlos? Otro cantar será el tema de la vegetación, reducida a espesos jarales de Cistus ladanifer, con pequeños retazos bien conservados en Puerto Elice, la Portilla de Alpotreque o las inmediaciones del Estena, pero eso será recogido en otra entrada.